La Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en este 8M, Día de la
Mujer Trabajadora, pide unir fuerzas en torno a la lucha antifascista.
El feminismo será la punta de lanza que acabe con esta arma de
represión, desigualdad y odio, que cada vez tiene más fuerza en
instituciones y en el discurso público. Frente a eso, el anarcosindicato reclama que la diversidad y transversalidad sea el motor de un feminismo de clase y combativo, que rompa el cerco de uniformalidad que pretenden el capitalismo, el patriarcado y el fascismo.
Trabajadoras
del hogar, mujeres migrantes, trans, racializadas, pensionistas,
obreras, cualificadas o no… todas estamos llamadas a una lucha que es
por los derechos de todas pero también por una sociedad mejor. El feminismo como muro contra el fascismo.
Algo que siempre ha existido pero que, hoy más que nunca, es necesario
recordar. No dejaremos de escuchar discursos sobre las prioridades de
uno u otro movimiento, sobre lo que nos separa, lo que nos diferencia,
pero debemos tener claro que el enemigo común es el que es. El que nos quiere represaliadas, precarias, sin derechos y aisladas.
Por eso, este 8M, como en los anteriores, CNT sale a las calles para reclamar
la equidad en los puestos de trabajo, la derogación de las reformas
laborales que atentan especialmente contra las trabajadoras, denunciando
la explotación y la vulneración de derechos especialmente en los
sectores llamados ‘feminizados’, exigiendo el reconocimiento como
enfermedad profesional de dolencias que se dan en esos sectores y que no
son reconocidos por afectar a las mujeres en su mayoría, reclamando la
incorporación del trabajo doméstico al mismo nivel que los demás
trabajos, denunciando el paro salvaje que sufren las persona trans, la
indefensión en la que la Ley de Extranjería deja a nuestras compañeras
migrantes, la discriminación y estereotipación que sufren las personas
racializadas en lo laboral y social, rechazando falacias como la del
feminismo capitalista marca del Ibex 35 y apostando por jubilaciones
dignas tanto para las mujeres que han contribuido económicamente, como
las que trabajaron en el interior del hogar, dando la cara por quienes
no tienen otra opción que subsistir en la economía sumergida.
Seguiremos en la primera línea de acción y luchando mano a mano con el resto del movimiento feminista
para que los cuidados o la maternidad no sea un freno para las mujeres.
Creemos que ampliar el permiso de maternidad y paternidad, no es
suficiente para lograr que el centro de la economía sea la vida y no el mercado
. Por eso, exigimos que sea el mercado el que se adapte a la vida para
construir una sociedad con valores. Queremos ayudas reales y eficaces
por menores al cargo, lo mismo que para familiares o personas
dependientes de las que nos responsabilizamos. Corresponsabilidad de
cuidados con nuestros compañeros, más presencia de mujeres en puestos de
representación dándonos visibilidad en organizaciones sociales,
reivindicativas así como sindicatos. Empezando por el nuestro.
Queremos ser la gota que desborde la marea que acabe con la violencia machista.
Desde los puestos de trabajo, en casa y en la calle, contra el acoso de
cualquier tipo o las amenazas que hagan peligrar los derechos humanos
de más de la mitad de la población, con los que CNT está comprometida
como organización anarcosindicalista, de clase, antimilitarista,
antifascista y feminista que somos.