Este 8 de marzo la CNT vuelve a colocarse detrás del movimiento
feminista estatal y convoca, tal y como es su mandato, una huelga
general de 24 horas en todos los sectores laborales. Escuchamos muy
atentamente al movimiento feminista y compartimos su análisis, siendo
conscientes de la responsabilidad que como organización obrera y
feminista tenemos en el momento histórico nos toca vivir. La huelga
llamará tanto a mujeres como a hombres, igual que el pasado 8 de marzo
de 2018.
Las mujeres de clase obrera nos enfrentamos día tras día a un sistema
capitalista y patriarcal cuya existencia misma depende de la opresión
de la mujer, por lo que comprendemos que esta huelga no puede
circunscribirse únicamente al ámbito laboral. Nos unimos al movimiento
feminista en la exigencia de que el trabajo de cuidados se equipare al
trabajo productivo y sea reconocido como lo que es: un valor social de
primer orden sin el cual la sociedad no sobreviviría.
En el ámbito laboral exigimos el fin de la brecha salarial, que
alcanza más de un 20%, conscientes de que existen mecanismos para
anularla que no se están poniendo en práctica, tales como la definición
de los elementos determinantes del salario y complementos salariales
como contenido mínimo de los convenios, la realización de campañas de
oficio por parte de Inspección de trabajo, sanciones a empresas en las
que existe brecha salarial, el establecimiento de medidas procesales
individuales y colectivas que permitan el ejercicio de acciones contra
la discriminación indirecta o la realización de un diagnóstico oficial
de la brecha salarial con la participación de los sindicatos y las
organizaciones feministas.
Exigimos el acceso al Empleo y la Promoción Profesional estableciendo
para ello medidas objetivas por la vía de la negociación colectiva,
prohibiendo a las empresas que exijan disponibilidad horaria fuera de la
jornada de trabajo y obligándoles a que la formación deba realizarse
obligatoriamente dentro del horario laboral.
Exigimos el derecho de información a todos los sindicatos con
presencia en cada empresa en lo referente a los procesos de selección,
para garantizar la no discriminación, y que se establezcan límites
legales a la libertad de contratación por ser una fuente de
discriminación indirecta, así como campañas de oficio de la Inspección
de Trabajo orientadas a comprobar el cumplimiento de la objetividad en
el acceso al empleo y promoción profesional, con establecimiento de
sanciones específicas a su incumplimiento.
Exigimos que los permisos de maternidad y paternidad sean idénticos,
obligatorios e intransferibles y que ello vaya acompañado de medidas de
fomento de la corresponsabilidad entre hombres y mujeres,
establecimiento de permisos por emergencia familiar, obligatoriedad para
las empresas con plantillas de más de 250 personas de contar con
servicio de guardería y centro de día para personas mayores,
establecimiento como servicio mínimo a prestar por Ayuntamientos de más
de 5.000 habitantes de centros de día y guarderías y la derogación
Decreto 20/2012 que, entre otras cosas, elimina la cotización a la
seguridad social de las cuidadoras no profesionales de la personas
dependientes.
La CNT estará a la altura de estas reivindicaciones e irá a la huelga
convencida de la victoria. No aceptamos la tibieza de los sindicatos de
concertación que quieren hacerse la foto a la vez que pretenden
desactivar el movimiento y convertir una Huelga General en una protesta
inofensiva, simbólica y sin capacidad transformadora. Nos vemos
obligados/as una vez más a denunciar la miseria de unas organizaciones
que boicotean todas aquellas luchas que no pueden controlar.
Este 8 de marzo los hombres y mujeres de la CNT iremos a la huelga
conscientes de que cualquier pequeño paso atrás puede suponer un gran
retroceso. Sabemos que más pronto que tarde la represalia patriarcal
estará al nivel del desafío lanzado por el movimiento feminista y que,
como siempre, tendrá al fascismo y a la patronal de su lado. No es
momento, por tanto, de tibieza ni medias tintas.
Las mujeres de clase obrera sabemos que este es nuestro momento y que
esta lucha solo podremos ganarla desde la unidad, que no uniformidad.
Mujeres de distintas edades, de distintas procedencias, de distintos
sectores, en el campo, en la industria, en los servicios, en los pueblos
y en las ciudades, trabajadoras de dentro y de fuera de casa...
encontrándonos donde nos hemos encontrado siempre las mujeres: en el
apoyo mutuo y en la solidaridad.
Viva la huelga, compañeras. Si lo paramos todo, no podrán pararnos.