Los
trabajadores y trabajadoras de la sección WIND de la multinacional energética
ALSTOM llevan soportando una gran incertidumbre acerca de su futuro y el de la
empresa, desde que se anunciara el pasado 26 de febrero el cierre de las
fábricas dedicadas a la producción de aerogeneradores y mantenimiento de los
mismos en nuestro país.
Pese a
presentar un balance positivo en cuanto a beneficios, ALSTOM anunció un
Expediente de Regulación que prevé la eliminación de 373 puestos de trabajo y
que afecta las plantas de producción en A Coruña, Zamora, Navarra, así como las
cuadrillas de mantenimiento en los parques eólicos y a las oficinas centrales
en Barcelona y Madrid. Tras este anuncio, no tardaron en comenzar las
movilizaciones por parte de la sección sindical de CNT, que decidió apoyar al
comité intercentros de Alstom Wind pese a su negativa de que la sección
estuviera presente en la mesa de negociación.
De esta
forma, se convocó una jornada de huelga para el 7 de mayo, además de una
manifestación en Madrid para el día 9 en la que participaron cerca de medio
millar de trabajador@s llegados desde Zamora, Barcelona, Navarra, A Coruña,
Toledo, San Fernando, Bilbao y Cornellà.
Desde
CNT-Zamora se realizó un llamamiento de solidaridad, al ser una de las regiones
más afectadas por el cierre de las plantas de Altamira y Coreses, afectando a
más de 100 empleados. Se convocaron varias acciones de protesta para los días
15 y 22 de mayo, ante la posterior pasividad del comité de empresa (CCOO-UGT)
tras la manifestación.
El NC CNT-Las
Palmas decidió apoyar esta petición solidaria, por lo que se acordó realizar un
piquete el día 22 en las instalaciones que la empresa ALSTOM WIND tiene en la
isla, concretamente en Pozo Izquierdo (Santa Lucía), zona conocida precisamente
por sus parques eólicos. Sin embargo,
nos encontramos con una desagradable sorpresa; las instalaciones de la empresa
como tal no existían, ya que se trataba de una simple caseta de obra situada en
medio de un paisaje desolado en mitad de los molinos y de invernaderos, y en la
cual se encontraban solamente dos trabajadores.
Ante la
imposibilidad de realizar un piquete en condiciones, decidimos acercarnos a
hablar con ellos y preguntarles sobre su actual situación. Nos llamó bastante la
atención el hecho de que desconocieran el futuro que les aguarda, ya que ningún
responsable de la empresa les había comunicado decisión alguna. La poca
información que tenían sobre el conflicto la recibían por medio de compañeros
peninsulares a través de correos electrónicos. De esta forma, tras informarles
sobre las distintas acciones que realizábamos y repartir algunos panfletos, les
brindamos nuestro apoyo ante cualquier situación adversa en la que se
encontrasen a partir de ahora. Después del agradecimiento por su parte,
abandonamos el lugar, conscientes de haber realizado nuestra reivindicación en
la medida de lo posible, y pese a las circunstancias.
NI ALSTOM
NI NINGÚN CIERRE. CONTRA LOS DESPIDOS: SOLIDARIDAD.